Todo comenzó cuando…
El Beato Faustino Míguez, religioso y sacerdote escolapio, fue el fundador del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora el 2 de Enero de 1.885 en la vecina ciudad de Sanlúcar de Barrameda.
Fueron las mismas religiosas quienes le proponen fundar en Chipiona una nueva casa; aquí como en Sanlúcar, el móvil que indujo a las religiosas a fundar, fue la necesidad que había de promocionar a la mujer desde sus más tiernos años de infancia. A finales del año 1.892, en el mes de Octubre, se dan los primeros pasos para esta fundación.
Enteradas las religiosas que una señora de origen mejicano, Doña Veneranda de la Vega, quería fundar en este pueblo una obra apostólica en honor a la Virgen María, decidieron ponerse en contacto con ella. Un buen día, viajaron de Sanlúcar a Chipiona y se dirigeron al Santuraio de Regla para venerar a la Virgen e implorar de ella su bendición. Por fin hablaron con Doña Veneranda y llegaron a un acuerdo.
Una vez conseguidos los permisos necesarios alquilaron las hermanas una casita en la calle Jesús, esquina con Pérez Galdós, donde se estableció la vivienda de la comunidad y el Colegio.
El 4 de Abril de 1.893 comenzó el colegio a funcionar con dos clases. El 19 de Abril tuvo lugar la bendición y la inauguración de la casa y del colegio con una Eucaristía de acción de gracias en la Parroquia de Ntra. Sra. de la O. La creciente demanda de puestos escolares iba haciéndo urgente la ampliación de clases.
El 24 de Octubre de 1.903 Doña Veneranda donó a las religiosas un terreno. Por fin el 4 de Mayo de 1.906 el PAdre Faustino viajó a Chipiona para la inaguruación oficial del Colegio que fue el día 6. Este día entró la Divina Pastora en el Colegio, llevada en procesión desde la Parroquia, a su casa entre los vivas y las aclamaciones de todos.
Poco a poco fue consolidándose esta obra educativa (no sin pocas dificultades) que, con la ayuda de todos, ha llegado a ser, a través del tiempo, querida y estimada en el pueblo de Chipiona. En los años 1.917-1.981 fue también Escuela Hogar realizando una gran labor social entre las niñas más humildes de las cercanías del lugar.
Ya en el año 1.974 se formó la primera Asociación de Padres, desde entonces ha sido una eficiente ayuda en todos los campos para la labor educativa del Centro. El profesorado, religiosas, personal no docente y numerosos colaboradores, trabajamos en armonía humana y pedagógica tratando de hacer realidad nuestro lema calasancio: Piedad y Letras.